Hoy con la conciencia de las sensaciones que se han manifestado día a día, algunas con el buen sabor de un café con leche en las mañanas, otras con la la grima de las uñas sobre un pizarrón y algunas y otras, con la trampa del tiempo apresurando tus pasos.
Somos como el rio, no nos bañamos dos veces con nuestra misma piel, al pasar de los días-meses-años nos damos cuenta, de los diversos roles que ejercemos en nuestra historia.
En mi caso, pertenezco a la especie humana, al grupo, de los que no botan basura fuera del lugar, al grupo de los que sueñan con políticas mundiales de reciclaje, políticas mundiales para la inclusión de los humanos con capacidades especiales, políticas mundiales para que todos se alimenten. Pertenezco a las madres que sueñan ser con-sentidas, con una lucha interna permanente para permanecer en lo que emprendo, desde mis diversos roles, como madre, abuela, tía, hermana, hija, sobrina, prima, amiga, amante de la poesía, en estado de aprendizajes constantes.
Así me encontró la navidad 2021, con-vencida que mientras vivamos “encrecimiento” constante para obtener el título de honor, como humanos empáticos, que nos ocupa la otredad, nos mantengamos juntos por lo que nos une y no en guerra por lo que nos separa. Mientras la Gratitud sea, el don para cultivar cada día, el universo de nuestra especie no será el metaverso, sino el abrazo para ver como se transforma nuestra piel en versos,
Empujemos juntos por un mundo atento a los sentimientos, a las emociones en este nuestro planeta, que nos ha acogido amorosamente
